Aún no me he ido y ya quiero volver
!Hola de nuevo! ¿Qué tal estáis? Yo un poco tristona, esto llega a su final… Sigo en Portugal, apurando los últimos cartuchos (ya tenía que haber empezado las clases en Bilbao, pero aquí estoy jejejeje), ahora mismo en Coimbra, la ciudad universitaria por excelencia del país. He vuelto hace unos días de mi viaje por Europa -tampoco exageremos, ha sido únicamente Hamburgo, Berlín, Copenague y Londres- y aprovecho para pediros perdón por estar tanto tiempo sin publicar. Os contaré cómo han ido estas últimas semanas de mi Erasmus en las próximas publicaciones pero, en esta, quiero comentaros ese sentimiento que me atrapa sin haberme ido aún: las saudades.
Tener saudades significa echar de menos algo y yo ya echo de menos Portugal. Echo de menos vivir sola, o acompañada, o en comunidad, o en la República de Rosa Luxemburgo. Echo de menos cocinar para mí, para invitados o para 13 personas. Echo de menos olvidarme de las llaves de casa y que siempre haya alguien, beber vinho verde, o rosado, o tinto, o sangría, o cerveza, o hidromiel, favaítos, bagaço o lo que toque. Echo de menos a los camareros de la Taberninha, de los cuales no me pude despedir, la bamba cantada por los brasileños en el Armazém do Chá, ir a la uni, hablar portugués, apanhar los medios de transporte, pasear por una baixa o una ribeira, encontrarme cagadas de perro por los suelos, que me llamen menina y no potxola, que me pregunten si estoy buena y no si estoy bien. Echo de menos las fiestas, los precios baratos, las visitas incontables de amigos, el turismo, el descubrimiento, el ser una pésima guía pero saber cosas especiales, el seguir descubriendo, no haber visitado Serralves, no haber viajado mucho por Portugal (así vuelvo fijo) y echo de menos, también, lo ya vivido. Echo de menos la tranquilidad de no hacer planes de futuro, de vivir al día y de no tener muchas preocupaciones. Echo de menos muchas cosas, pero me voy con la satisfacción de saber que lo he vivido, aprovechado y disfrutado al máximo, en todos los aspectos y de todas las maneras.
Estos días, como despedida, me he venido a pasar unos días a la República de Rosas en Coimbra, con gente a la que puedo considerar amiga, y está siendo el cierre perfecto.
Tanto que ya lo echo de menos.
Tanto que já tenho saudades…