Universidades: Portugal vs. España. ¿Qué me he encontrado?
Si mis profesores portugueses fuesen de oyentes a alguna de las dos asignaturas que tengo este cuatrimestre en Bilbao estoy segura de que se levantarían, se irían de clase y escribirían una columna sobre ello.
Hace dos semanas que volví de mi ERASMUS, pero más de un mes que terminé las clases en mi universidad de Oporto, la Fernando Pessoa. Ya os he hablado de ella en varias ocasiones, así que no me quiero repetir; voy a aprovechar esta entrada para comparar las dos universidades.
Punto número 1: Quiero dejar claro desde el principio que la UFP es privada y la UPV-EHU (Universidad del País Vasco) es pública. Aún así, la UFP cuesta alrededor de 250€ al mes, que nada tiene que ver con los más de 800€ mensuales que cuesta una universidad privada en España. Una de las cosas que más me gustaron y que jamás había experimentado es el hecho de estar en clase con unos 20 alumnos, 30 máximo. Desde que empecé en la carrera de Periodismo siempre hemos sido de 60 a 100 alumnos por aula. Imaginaos qué calores y qué olores (ventanas abiertas, por favor!). Eso, aunque quizá para algunas personas puede ser insignificante, condiciona en gran medida cómo se desarrollan las clases, cómo participan los alumnos e interactúan unos con los otros y con el profesor y cómo se habla en público.
Punto número 2: En ningún momento, y quiero enfatizar, jamás de los jamases, tuve problemas con la Oficina de Relaciones Internacionales de mi universidad portuguesa. Si algo necesitaba, ellos me lo daban. Si algo necesitaban, me lo pedían por email e incluso me llamaban. Si rellenaban algún documento importante, ellos mismos se encargaban no sólo de enviarmelo a mí, sino también de que llegase a mi universidad española. Y así con todo. Creo que ya os mencioné alguna vez que estuve a punto de ser enviada a Bilbao con mi movilidad cancelada por no cumplir con los plazos y papeleos estipulados, pero también quiero preveniros de lo mal que se trabaja en España en este sentido. Último ejemplo: hace 5 días recibí un correo de la secretaria de mi uiversidad encargada del tema erasmus (hay coordinador, técnico y secretaria y ni con esas) con el siguiente asunto: «CALIFICACIONES!!!! URGENTE!!!!!. Nos pedía a varios alumnos que enviasemos las calificaciones para poder hacer convalidaciones pero, como siempre, con un tono apocalíptico que hace que nos salte el corazón a la garganta cada vez que recibimos un email suyo. Mi coordinador erasmus había mandado las calificaciones el 27 de enero y ella misma me había dicho que ya estaba todo bien. Le contesté y al día siguiente me dijo que lo había visto después de enviarme el mensaje. Ya… Más de 20 días después… Maaaaaaaadre mía, qué suplicio de organización. Y lo peor es que hablo con gente de Uniovi, con gente de Unizar y de otras universidades y estamos todos igual.
Insisto, informaos muy, pero que muy bien.
Punto número 3: Oportunidades para los alumnos. Supongo que aquí entrará lo típico que solemos decir también de las universidades privadas en España: cuánto más pagas, más oportunidades te son dadas. Y me fastidia decirlo, pero es así. En tres años en la universidad jamás me habían ofrecido nada. Miento, créditos a cambio de voluntariado sí. Un mes antes de terminar las clases me mandaron en Oporto un email desde la universidad que iba dirigido a los alumnos españoles para hacer una traducción del portugués e inglés al castellano. Contacté en seguida, me eligieron y cobré bastante por una oportunidad que me apareció en la bandeja del email una mañana. Eso jamás me habría ocurrido (ni lo hará) en mi uni.
Punto número 4: Aunque en todo lo anterior, la universidad de Portugal gana frente a la de España, tengo que admitir que la educación no es muy diferente. Y con eso me refiero a que en ninguno de los dos sitios es especialmente interesante. En Portugal puede ser que sea más fácil, pero también mucho más práctica, lo que permite interiorizar mejor. En España puede que sea de mayor calidad pero es más complicada en el sentido de que no interiorizas nada hasta el examen y después lo olvidas. De todas maneras, creo que como en todo, depende mucho de la universidad, pues una compi mía que estuvo en Lisboa de ERASMUS dice que allí fue un cachondeo.
Con esta comparación dejo claro que aproveché mucho mi tiempo en la Fernando Pessoa y, sin duda, se la recomendaría a todo el mundo para un intercambio universitario. Yo incluso estuve mirando postgrados…
🙂