Españoles… fiestas sin fin

Me permitiréis que el post de hoy se tire un poco más por la vía científica que por la mordacidad y utilidad a la que os tengo acostumbrados (o eso me gusta pensar). Tras meditarlo y con otro tema de post que tendré que reservar para otra semana en el tintero, considero que la noche de ayer (loca donde las haya) debe ser analizada. Así que haré uso de las facultades que la sobriedad me dieron anoche y os contaré un poco qué os podéis esperar de una salida por Nancy.

Agarraos que vienen curvas.

He oído a muchos decir que Nancy está en el culo del mundo, que es una ciudad pequeña y no especialmente despampanante ni bonita. Pueden que tengan razón, sí, en parte… pero las fiestas que nos pegamos aquí no tienen nada que envidiarle a las de ninguna capital. Eso sí que doy fe de ello. Pero bueno… entre un grupo de españoles, eso no es algo que os deba pillar de nuevas… admitámoslo. A nosotros pueden soltarnos en medio de un desierto, que de la nada nos sacamos un Oasis lleno de palmas, risas y alguna que otra «Por la raja de tu falda…» a capella.

Ayer fue una Ladies’ Night en toda regla (con un par de Albertos de strangis). ¿Y qué es lo primero que nos encontramos en nuestro bar? … ¡Una despedida de solteros llena de policías! Y de ahí a un no parar. Yo me agencié una gorra por la que tuve que dar un par de largas. «Mais tu es célibataire?» «ohhhh no no no jamais célibataire» «Quelle domage!» «Desolée… pero tu gorra me la quedo».

Después vinieron la exaltación del amor a la patria. Rumbas catalanas, sevillanas, unas coplillas, intentar seguir el ritmo en un taburete y resultar totalmente aritmicas… Risas, risas y más risas. Y claro, nosotros, los españoles, los únicos haciendo ruido. ¡Los franceses ni de fiesta son ruidosos! Eso sí… no veas cómo les gusta tocar…

¿Y mi yo científica que resultados saca de todo esto? Que no importa dónde vayas, los buenos momentos no los hace el lugar si no la gente con la que los compartes. Así que dejad vuestras maletas en casa, viajad y rodeaos de buena compañía