Mi familia. Parte 2.
Hace ya un par de meses os presentaba y os contaba a una parte de mi familia, mis compañeros de piso. Aquellos con los que he compartido día a día, los que me ven todos los días con mi cara de resaca y con las legañas aún en la cara. Pero esta es sólo una pequeña parte de la gran cantidad de gente maravillosa que he encontrado en Budapest.
Una de las preocupaciones más comunes para todo aquel que abandona su círculo es la de la gente que vas a encontrar. El pensar si encajarás en algún grupo, si encontrarás amigos de verdad, si no vas a sentirte solo… En mi caso, esas preocupaciones se empezaron a disipar nada más llegar al aeropuerto de Madrid para coger el vuelo que me traería hasta esta aventura. Ahí ya conocí a algunos de los que formarían mi segunda familia, desde el primer día hasta hoy.
Las idas y venidas, las salidas nocturnas y comidas poco a poco me fueron trayendo muchos más regalos en forma de amigos. Me gustaría poder decir lo contrario, pero a ninguno de ellos los he conocido en la biblioteca… 😉
Así, antes de darme cuenta, antes de lo que podía esperar me vi rodeado de un grupo de personas que son los que hacen de esta experiencia algo único. Porque la vida, no es más que la gente con la que te rodeas, la que te cuida cuando lo necesitas y la que disfruta junto a ti cuando toca. Esa gente, mi gente, llevan por nombre Alex, Carla, Carlota, Carol, Diego, Elena, Gis, Javi, Manu, Marc, Patri, Sara, Vié, Yolanda y el recién adoptado Coba.
Con ellos he vivido de todo, con ellos he salido de fiesta, con ellos me he recorrido esta ciudad, con ellos he tenido almuerzos, meriendas y cenas, con ellos he estado en más de 4 países, con ellos he compartido mi vida aquí, he compartido mi experiencia erasmus. Y todo eso te marca, te marca hasta el punto de poder olvidarlo nunca, de no poder olvidarlos nunca. Por eso, desde ya y por siempre habrá una parte de mi corazón repartido por Cataluña, Galicia, País Vasco, Madrid, León, Baleares, Valencia y como no, mi Andalucía.
Uy! Ahora que releo lo que he escrito me he dado cuenta que me he puesto muy sensiblón, pero bueno, así me ha salido. Así ha sido porque para ellos sólo puedo tener palabras bonitas, a ellos sólo puedo darles las gracias por hacerme sentir como un niño en la cabalgata de Reyes.
Y lo mejor es que esto aún no ha acabado y podemos seguir coleccionando momentos para el recuerdo. Quién se apunta a terminar de este año el mejor de nuestras vidas?