Trip to Turda
La mina salina de Turda es uno de los sitios más impresionantes que he visto nunca. Entrar en ella es como atravesar una puerta mágica, de esas de los cuentos, y descubrir un extraño mundo subterráneo repleto de luces y atracciones.
El pasado viernes terminó, de una vez por todas, el intensísimo curso de Lengua y Cultura rumana organizado por la Universidad Babes-Bolyai. Dentro del millar de actividades que englobaba el cursito, la que más impresión causó en el grupo fue, sin duda, el viaje a la Mina salina de Turda.
Turda es una ciudad que está a cuarenta minutos de Cluj y que tiene poco más de 50.000 habitantes. En un principio se había planteado el que visitásemos la Mina y la ciudad, pero debido a los -16ºC en que nos encontrábamos, decidimos limitarnos a la mina, que estaba bajo tierra y donde la temperatura rondaba los 10ºC (la temperatura de la calle era dolorosa, lo juro).
Al llegar a la mina, lo primero que nos sorprendió fue este divertido cartel:
(Y es que, conociendo la pobreza erasmus, ¿quién se podría resistir a coger un poquito de sal para preparar unos deliciosos espaguettis en la maravillosa cocina de la residencia? Ja, ja, ja)
Después de bajar un montón de escaleras, llegamos a las galerías pequeñas. Éstas eran pequeñas excavaciones donde los mineros trabajan sin apenas luz con la ayuda de los caballos. Los animales, atados a una estructura de madera, movían unos engranajes que permitían elevar una gran plataforma donde se ponía la sal para sacarla al exterior.
El guía nos contó que una vez los caballos salieron corriendo y llegaron a la calle. Entonces, al recibir la luz del sol en sus ojos sólo acostumbrados a la oscuridad de la mina, se desmayaron en el acto, dejando atónitos a los habitantes de Turda, que pensaron que era algún tipo de milagro o suceso paranormal.
Tras las pequeñas galerías, nos llevaron al verdadero corazón de la mina.
Cuando vimos aquella fiesta de luces no nos lo podíamos creer. La Mina salina de Turda guarda, en su galería mayor, ¡un pequeño Parque de Atracciones! Así como os lo digo; una noria, barquitas, billares, mini golf, campo de fútbol sala…
Teníais que ver nuestras caras de asombro. ¡No nos lo podíamos creer! ¿Qué era todo aquello?
Después de mucho mirar, de recorrer el lugar y de rebanarnos los sesos en busca de una explicación lógica, conseguimos que una mujer nos diese la respuesta:
La mina de Turda está habilitada como sala de juegos para que las personas con problemas respiratorios acudan allí a oxigenarse.
Por lo visto (y yo de esto no tenía ni idea) en los países del este es muy habitual que la gente acuda a las minas salinas para curar alergias y enfermedades respiratorias. Incluso algunas tienen hoteles en su interior para pasar la noche. Y digo en los países del este porque es allí donde hay más cantidad de minas.
El caso es que, una vez despejado el misterio, nuestro grupito erasmus decidió recostarse a respirar el magnífico aire del lugar. Y de ahí salió la siguiente foto, en la que se ve con claridad mi cara de incrédula, hallándome en silencio en un extraño mundo bajo tierra que me hacía sentir como en una película de Tim Burton.
Tengo muchísimo más que contar sobre mis aventuras Sin Maletas en Rumanía y pronto os dejaré un post nuevo. Mientras, ¡no olvidéis seguirnos en Twitter!
La verdad es que es un sitio maravilloso, yo tenía en mente la visita y ahora todavía tengo más ganas 🙂
Os dejo una web donde aparecen muchas fotos y con unos comentarios de lo mas gracioso (eso si en rumano, je,je siempre esta el traductor de google para los profanos…) Las fotos son espectaculares.
http://www.miscellanea.ro/2010/12/salina-turda.html
Lo dicho de este verano no pasa… por cierto las minas se renovaron hace un año.