Natalia y su Erasmus en Salerno, Italia
Me llamo Natalia Irina Crea, tengo 23 años y estudié Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Nací en Buenos Aires, me mudé a Madrid cuando tenía 11 años y, desde julio del año pasado, vivo en Londres. Nos cuenta sus aventuras en su blog Somewhere: Mi lugar. Mi seguridad en el mundo.
1- Háblanos un poco de la Natalia que decidió marcharse de Erasmus: ¿cómo eras antes y cómo crees que eres ahora?
No es una pregunta fácil, creo que todos aquellos que se hayan ido de Erasmus estarán de acuerdo en que al volver no eran la misma persona pero no es fácil decir qué es exactamente lo que cambió. En mi caso, siempre fui una persona bastante independiente pero ahora lo soy aún más y sobre todo, más segura. Ya no pienso tanto las cosas antes de hacerlas, digamos que me tiro a la piscina con más facilidad, sin el miedo que quizás podía tener antes al fracaso, al no… Aprendí que todo hay que intentarlo y que si sale bien, si no, también, pero nada suele ser tan traumático como creemos.
2- ¿Por qué irse de Erasmus?
En mi caso es algo que siempre quise hacer. Desde pequeña tenía claro que quería vivir en varios países y recorrer el mundo, supongo que esa fue también una de las razones por las que elegí dedicarme al Periodismo. Así que cuando llegué a la universidad vi que el Erasmus era la opción más viable para empezar ese pequeño sueño de vivir fuera, además el año anterior a que yo me fuese, mi hermana estuvo de Erasmus en Islandia y si en algún momento tuve alguna duda o estuve indecisa, su experiencia me sirvió para no pensármelo más, hacer las maletas e irme.
Creo que a día de hoy, en el mundo tan globalizado en el que vivimos, salir de tus propias fronteras debería ser de obligado cumplimiento. Ya no vivimos en una sociedad donde nunca vas a tener que relacionarte con el exterior más que para irte de vacaciones, y es muy importante, ya no solo a nivel personal, sino profesional, que sepas cómo funcionan otros países, que conozcas otras culturas, otros idiomas… Puede parecer un tópico, pero poco a poco te vas dando cuenta de que es un valor añadido que se aprecia mucho en el mercado laboral.
3- ¿Qué destino escogiste y por qué?
Sinceramente, no me acuerdo muy bien. Creo que fueron Finlandia, Eslovenia y Dinamarca pero no estoy segura, ni mucho menos de que fuese ese el orden. Quería un país donde pudiese perfeccionar mi inglés y que fuese lo más distinto posible a lo que ya conocía. Al final terminé en Salerno, al sur de Italia y, si bien en un principio poco tenía que ver con lo que quería, a día de hoy, no lo cambiaría por nada.
4- ¿Qué es lo más duro de irse a vivir fuera?
El antes, las expectativas, las dudas. Es inevitable plantearse mil y una cosas antes de irse, los amigos que se dejan, los amigos que vendrán, la universidad, la ciudad… Y al final nos parece que va a ser más duro de lo que en realidad es, creemos que quizás nos sobrepase, pero nada más lejos de la realidad.
Quizás el primer día sea duro, aunque depende de muchas cosas: Si se viaja solo o acompañado, si te vas directamente a un piso/residencia o si vas a un hotel… En mi caso llegué un domingo a la tarde-noche después de un viaje interminable de avión, tren, calles adoquinadas con 30 kilos de equipaje y otros 30 grados de temperatura. Llegué muerta al hostal y lo único que quería era dormir. Al día siguiente conocí a los primeros Erasmus y todas las dudas desaparecieron como por arte de magia.
5- ¿Y lo mejor?
Todo lo que viene después. Lo bueno del Erasmus (aunque pueda parecer lo peor) es que tiene fecha de caducidad y se es consciente de ello así que se intenta aprovechar al máximo. Por supuesto que se tienen malos días, malas experiencias, pero de todo se saca algo positivo, un aprendizaje. Se valoran más cosas que quizás antes no valorabas, de repente hacer una pasta carbonara se convierte en motivo de orgullo o pedir una pizza por teléfono puede ser toda una aventura.
Estás fuera de casa, fuera de tu país, sin tu familia o tus amigos de siempre, en un idioma que seguramente no domines del todo y te das cuenta de que al final, nada era tan difícil como parecía. Eso es lo mejor, descubrir de cuántas cosas se es capaz por uno mismo y lo increíblemente fácil que es adaptarse a los cambios.
6- ¿Repetirías experiencia?
Sin pensármelo ni un segundo. Podría extenderme durante horas dando motivos por los que repetir pero al final todo se resumiría a un contundente «sí».
7- Un consejo para los indecisos…
Que no se lo piensen más, que lo hagan y lo aprovechen, que lo disfruten. Es una oportunidad única, poder vivir fuera de esa manera es algo que solo se puede hacer de Erasmus. Quizás en ese momento no te des cuenta pero después, cuando estás viviendo otra experiencia parecida, te das cuenta de lo importante que fue tener una universidad detrás que te respaldaba, estar rodeado de más Erasmus, gente en tu misma situación. Y eso es algo que el día de mañana si te vas a trabajar o estudiar fuera por tu propia cuenta, no tendrás; eso sí, el haber vivido previamente una experiencia similar lo hace todo mucho más fácil.
Y ya como dato, no conozco a nadie que se arrepienta de haberse ido de Erasmus, por algo será ¿No?
8- ¿Piensas volver a vivir en el extranjero? ¿Dónde y por qué?
Desde luego. Ahora mismo llevo seis meses trabajando en Londres y cada día me gusta más. A día de hoy ni me planteo el volver a España, puede que me sea más fácil porque soy argentina y tampoco tengo tanto arraigo a Madrid, no tengo mi casa de siempre, el barrio de toda la vida… Pero es que el mundo es muy grande y está lleno de posibilidades. Además, irse engancha. Uno se vuelve adicto al cambio, a descubrir distintos lugares, a conocer gente, a que todo sea nuevo y emocionante. El verte dar pasos de los que años atrás jamás hubieses creído que fueses capaz es una de las sensaciones más gratificantes que puedan existir.
9- Una anécdota divertida para la posteridad…
¡Será por anécdotas! Si de algo está lleno un Erasmus es de anécdotas pero lo siento, eso se queda de puertas para dentro, que mi madre también tiene acceso a internet, y lo que es peor, lo sabe usar.
Hola Natalia!
Yo estoy deseando cursar 3º de educación infantil en Salerno, pero mi mayor temor es que se necesita un a1 de italiano, y yo no se nada. He de decir que estoy mirando cursos de a1 por internet y no lo veo muy difícil. ¿Que tal te fue a ti con el idioma?, ¿Sabías ya algo de italiano?