Domingueo por Oporto
Como ya he dicho en contadas ocasiones, Oporto es una ciudad donde siempre hay cosas para hacer. Sin embargo, como estudiante Erasmus, los días entre semana los tengo bastante condicionados por las clases y el tiempo dedicado a trabajos o a estudiar. Por eso, es en los fines de semana cuando surgen los mejores planes. Los sábados y los domingos se aprovechan al 100% y si, encima, hace buen tiempo, al 200%.
Los domingos es el día de los museos gratis. Sí, como oís, todos los museos abren sus puertas al público de manera gratuita hasta las 13/14 horas de la tarde. ¡Olé por ellos! Los amantes de los museos supongo que adorarán ir a cualquiera de los que hay, como el de fotografía (que es gratis siempre), el Soares do Reis, la Fundación Serralves (el más famoso de todos), o el Romántico, que está en los Jardines del Palacio de Cristal y también es gratis los sábados. Estas son algunas ideas, pero hay bastantes más.
Otro planazo, que es una de las cosas que más disfruto en Oporto, es ir a la playa, a Foz o Matosinhos. Quien dice a la playa, dice a dar un paseo por la arena, a tomar un café en una terraza, a pasear por las callejuelas… Yo lo de bañarme en pleno noviembre nunca lo he llevado bien, y menos con este agua tan frío… Foz es el primer pueblo con playita, poco después de la desembocadura del río Douro, tiene un faro muy famoso y un paseo precioso. Las playas se caracterizan por ser calitas y abundan las terrazas, donde se disfruta de unas puestas de sol magníficas. Unos kilómetros más adelante está Matosinhos, la playa por excelencia. Es un paseo largo, largo, con arena blanca y blanda y donde triunfa el surf. Este pueblo también es mundialmente conocido por su marisco y su pescado a la brasa. Si vais, veréis que lo que más caracteriza sus calles son las parrillas que hay fuera de los restaurantes, en plena calle, con hombres cocinando todo tipo de pescado. Para mí, el paseo en bici o andando desde Oporto es increíble, aunque también hay un bus, el número 500 (se coge enfrente de la Estação de São Bento), que hace toda la ruta a orillas del río y de la costa. Por 1’85€.
Otra idea es la ya más que repetida por mi persona, ir a Vila Nova de Gaia, o sea, el otro lado del río. Es un plan más simple, más tranquilo, pero que no decepciona. Cruzar el puente de Luis I por arriba, bajar hasta la Ribeira por las callejuelas empinadas y pasear hasta el puerto es genial. Siempre hay puestitos con gente vendiendo obras artesanales o souvenirs, pintores retratando la mejor cara de la ciudad y zonas verdes y de juego para los niños. Además, vas viendo las diferentes bodegas (o, al menos, sus fachadas).
Otro de mis planes preferidos de los domingos es ir a ver fado en vivo. Hay una tasca que se llama Retiro dos Carvalhos, en una calle escondida en el centro de Oporto, cerca de la torre de los Clérigos, que todos los domingos, desde las 20:30 horas, ofrece fado en directo, con varias voces masculinas y femeninas. Si acompañas esto de un vinito o de una caña, tarde/noche está hecha.
¡Y esto es to, esto es to, esto es todo, amigos! Hay decenas de planes más para hacer, que os contaré en otro momento y así, mientras tanto, sigo descubriendo otros. Lo que está claro es que nuuuuunca vais a poder decir que no sabíais que hacer un domingo en Oporto.
Beijinhos e até pronto 🙂