Exprime tu erasmus
Hace unos días se cumplieron dos meses desde que aterricé en esta ciudad. Es por ello que una hace balance y se da cuenta de que ha de dar de sí hasta el último minuto de lo que le queda de erasmus. En este post os hablaré de qué he aprendido en este tiempo y qué recomiendo a los futuros erasmus para que logren aprovechar al máximo las oportunidades que les da esta beca:
(la foto es de la Piata Mare de Sibiu, «ciudad Capital europea de la cultura 2007»)
Viajar; aunque sea a la ciudad de al lado, pero viajar. Cuando más amplies el mapa de lugares visitados, más sensación de «estar viviendo el erasmus» tendrás. Hacer y rehacer una mochila es quehacerdecadadía del erasmus. Además verás que es algo que engancha y nada más llegar a casa ya estás pensando a dónde vas a ir después. Además, servicios como el de SinMaletas, puede permitirte incluso que te ahorres el fastidio de cargar con una mochila.
Practicar y aprender idiomas; el inglés es el idioma fácil y al que más recurrimos más a menudo pero, ¿por qué no aprovechar y aprender un nuevo idioma? Cuando te vas a un país de habla no inglesa, aprender el idioma es tremendamente fácil (si se quiere), pues casi todas las universidades ofertan clases para extranjeros y porque sin querer vas memorizando algunas frases de tanto escucharlas una y otra vez en el día a día. Pero aunque estés en un país de habla inglesa también puedes proponértelo; existen algunas páginas web (www.livemocha.com) muy útiles para aprender idiomas nuevos y seguro que en tu misma ciudad puedes localizar a gente que lo hable y que tenga ganas de intercambiar conversación con un principiante.
Intercambio cultural; en nuestra ciudad de toda la vida a veces pueden acabársenos las conversaciones. En la ciudad erasmus, SIEMPRE se tiene algo que contar. Estás rodeado de estudiantes de otros países y eso significa que exiten millones de temas de los que hablar (las fronteras culturales son inmensamente ricas en información). Aprovecha y aprende sobre otros países mientras que te haces consciente de algunas costumbres de tu país en las que nunca habías reparado (preparar tortillas de patatas siempre te hará ilusión). Y además, a la vez que aprendes, rompes una cantidad de prejuicios inmensa.
«Aprender a no preocuparse»: alejarse de casa ayuda a tomar distancia de las cosas. En tu ciudad erasmus descubrirás que las cosas que antes te molestaban ahora no son para tanto. Te harás más flexible respecto a todo. Intenta aprender de ello y volver a tu casa siendo mucho más permisivo y aprendiendo a enfadarte menos y disfrutar más.
Conocer gente: todos los días y a todas horas conocerás a gente nueva. Así descubrirás muchas otras formas de vida, aprenderás idiomas y harás amigos a los que visitar tras el erasmus. Además, si haces couchsurfing, podrás dormir en casas de desconocidos y formar parte de sus vidas por unas horas (en la foto están Gabby y Olivia, que nos hospedaron en Brasov y que fueron casi como una madre y una hermana en los dos días que pasamos con ellas).
Además el Factor tiempo es uno de los puntos fuertes. Durante tu beca erasmus tu tiempo libre se multiplica, así que (si logras no dormir 10 horas al día) puedes aprovechar para hacer todas esas cosas que siempre quisiste hacer pero nunca has tenido tiempo (yo estoy haciendo teatro, 😉 ).
Lo que os quiero decir, después de este rollo de mamá-que-aconseja-a-sus-hijos, es que en los últimos diez días he estado viajando por la geografía rumana y que ahora no puedo ser más feliz. He hecho de todo y he conocido a un puñado de gente interesante, y esa es una es una oportunidad que no debéis dejar escapar.
¡Exprimid hasta la última gota de vuestros erasmus; sólo son 9 ó incluso 6 meses!
En Twitter contamos un poquito qué estamos haciendo cada día, ¿no tienes curiosidad por saber qué pasa en tu futura ciudad? Síguenos con el tag #erasmussinmaletas.