¡Mamá, tengo morriña!
La vida Erasmus te deja muy poco tiempo para pensar en tu vida habitual, la que existe más allá de esta burbuja llamada Erasmus. Sin embargo, el whatsapp, el facebook, skype y demás herramientas de comunicación, te hacen estar al tanto de todo aquello que acontece en tu ciudad. Y probablemente sea por eso, a pesar de llevar tan solo dos meses y medio (casi, aún no llega) en Oporto, ya echo de menos ciertas cosas. Lo que no quiere decir que cambiaría de vida, ¡ojo! Aquí va mi entrada más personal:
Mi familia:
Ay, ay, ay, ay… Soy la persona más cariñosa de mi familia, la que más mimos da y la que más mimos pide. Tras 18 años viviendo con mis padres y mi hermana en Oviedo y 3 viviendo con mi abuela y rodeada del resto de mi familia en Bilbao, todos ellos son, sin duda, lo que más echo de menos estando fuera. Que nos enviamos bromas por whatsapp y hacemos skype de vez en cuando, sí. Que como un abrazo o una mirada no hay nada, también. Por suerte, al menos mis padres y mi hermana ya han venido a visitarme. ¡Y me llevaron de mariscada! Si es que donde esté la familia…
Amigos:
Esto creo que es lo menos duro, puesto que ya llevo tiempo fuera de mi ciudad de origen, así que paso meses sin ver a mis amigos ovetenses y, por ejemplo, en verano, paso todo el mes sin ver a mis amigos vasquitos. Conocer a gente aquí es genial y te llena un montón pero, ¿qué pasa con las historias y las risas que sólo te puedes echar con tus amigos? Eso de quedar una tarde cualquiera a tomarse una sidra o un zurito, contarse mil historias o la vida en verso y saber que tus amigos son las personas que mejor te conocen en el mundo. Vale que de erasmus tienes muy buenos amigos, pero, oye, que a mi no me parece lo mismo…
Los Patos Salvajes:
Sin ellos sí que no me acostumbro a vivir. ¡Qué ganas de veros, queridos! Resumidamente, Los Patos Salvajes es una asociación asturiana de jóvenes especiales y estamos todo el tiempo haciendo actividades súper guays, como ir a la piscina, al cine, a un rocódromo a escalar, hacemos viajes, mercadillos de Navidad y muchísimas cosas más. ¿Quieres conocernos? 🙂 Cada vez que llego a Oviedo es como si nunca me hubiese ido, pero se hace duro participar tan poco al vivir fuera, y todos los voluntarios que vivimos la experiencia del erasmus coincidimos en este punto.
Ciudades: Oviedo y Bilbao
Esto me hace gracias, porque pensaba que no los iba a echar de menos. Bueno, que tampoco es un echar de menos nivel ¡necesito ir!, pero sí que hay pequeños detalles, o calles, o planes que sólo pasan ahí, que recuerdo y deseo que llegue ya navidad. Soy una persona que disfruta mucho viajando y estando fuera de casa, pero las raíces siempre están ahí. Yo, encima, siempre me he considerado de dos lugares, así que echo tanto de menos el beberme una sidra en Gascona (el llagar de la sidra en Oviedo) como beberme un zurito en Somera (en el Casco Viejo de Bilbao). O Celorio, o los paseos con amama por la ría de Bilbao, ir de compras por la calle Uría o de fiesta por Mazarredo. Y los acentos, ay, los acentos…
Comidas:
Siempre diré que me encanta vivir sola y decidir qué como, qué no, a qué hora y de qué manera. Saltarme horarios, elegir las cantidades, experimentar… En mi caso, la pereza no puede conmigo y me gusta mucho cocinar, aunque no sepa 😛 Sin embargo, como en casa en ningún sitio y, oye, vivo con mi abuela, ¡imaginaos! Es la mejor cocinera del mundo y comparar eso con lo que me estoy cocinando yo, pues bueno… Ganas de las comidas familiares navideñas no me faltan.
A pesar de echar todas estas cosas de menos y recordarlas de vez en cuando, no son las cosas que más me preocupan y puedo vivir sin ellas un tiempo más 🙂 Bastante corta es la experiencia, no vamos a desaprovecharla echando cosas de menos. Eso sí, la morriña, a baja escala, está permitida.
¿Qué es lo que más echáis de menos vosotros cuando estáis un tiempo fuera de casa?
¡Beijinhos!