Sal del porqué y di por qué no
El título de esta entrada es la frase con la que yo mismo empezaría a argumentarle a cualquier persona el porqué de irse de Erasmus. Perdonadme, pero percibo que el sentimiento nostálgico que -según se dice- invade a todo Erasmus al volver a su vida en la ciudad local, me ha llegado hoy por sorpresa. Soy consciente de que el tiempo es implacable para todos y durante 5 minutos del día he sido consciente de lo que todos los 9 de marzo del resto de mi vida pensaré, «niguno como aquel 9 de marzo de mi Erasmus, simplemente porque estaba de Erasmus».
No se puede dudar, hay que irse de Erasmus. Ahora que soy consciente de todo lo bueno que me he aportado esta experiencia estoy decidido a hacer campaña a favor y animar a cualquiera que tenga dudas. Es un año necesario, en primer lugar por las miles de dificultades que surgen en esta etapa pero que sin duda se resuelven con la pericia que adquiere la experiencia y los errores. Verse involucrado en el día a día de un país extrajero con todos los choques culturales supone salir de la zona de confort a la que estamos acostumbrados en nuestras casas. Es madurar y experimentar la crudeza de resolver un problema sólo, sin el amparo físico de papá y de mamá.
Un Erasmus es la cerveza que te tomas con un auténtico desconocido compañero de clase al salir dela universidad, simplemente por el hecho de mejorar los idiomas y aprender de los que nos pueda aportar esa persona. También llamamos Erasmus a la cerveza que compramos mientras hacemos turismo con una cámara de fotos en una mano y el mapa en la otra.
Fotografía tomado de Google imágenes
No es cambiar, es evolucionar. En un Erasmus no eres otra persona, eres tú mismo más una parte de ti que no conocías antes, que descubres poco a poco, día a día. Es irse para encontrarse. Es experimentar en la cocina y comprobar el paso de la comida veneno que hacías en septiembre, a los platos dignos de la mejor nota en tripAdvisor a final de tu Erasmus. La música de pronto no es sólo una obra maestra cuando se trata de lo que a ti te gustaba. De pronto el pop, rock, rap, trap or jazz, no tiene nada de malo. De hecho siempre recordarás la canción que tu mejor amigo tatareaba con nudillos en la copa. Y te gusta, ahora te gusta.
Autocrítico con tus prioridades. Sin duda un Erasmus se vuelve menos materialista y el dinero siempre estará mejor invertido en un viaje que en el último modelo de smartphone del mercado. ¡Calidad de vida!
Una vez Erasmus, siempre Erasmus.
Totalmente de acuerdo con que el Erasmus te permite evolucionar hacia algo nuevo y mejor. A nosotros nos gusta decir: «Erasmus is not one year in your life, but your life in one year»