Vivir en Transilvania
Ser erasmus es una experiencia única. Pero ser erasmus en Cluj, sintiéndote toda una draculina en una ciudad de vampiros acechantes y sedientos de sangre fresca, es aún mejor.
Al despegarme las pestañas, cada mañana, miro por la ventana y saludo a Cluj. Esta ciudad cada vez es más MI ciudad. Cluj, adormilada, me desea también los buenos días (Buna dimineata). Y así suenan las 7:45h en el despertador, me cubro de ropa términa y salgo a comerme el día.
De camino a la escuela, siempre se me cruzan unos cuantos perros callejeros. Y si miro al cielo, entre la niebla, puedo ver bandadas de cuervos revoloteando (vale, son cornejas, pero me gusta más pensar que son cuervos). En la calle del edificio de Relaciones Internacionales de la Babes-Bolyai hay una veintena de tiendas donde venden coronas de flores y brillantes ataúdes. Entre la niebla, el frío, los perros, los cuervos y las tumbas, una se siente verdaderamente en la más cinematográfica transilvania (aunque aquí los que buscan cuellos que morder son los erasmus).
Esta ciudad me ha acogido TAN BIEN…
Tan tan bien que el jueves, cuando logré llegar a mi facultad, me dijeron que no me preocupase por nada, que los erasmus solían sacar buenas notas. Y es que la coordinadora intentaba compensar el shock que me provocó al decirme que no había clases inglés. Por lo visto es un mito. SÓLO en rumano. Eso sí, te dan bibliografía en inglés para prepararte los exámenes.
Ahora sí que estoy completamente forzada a aprender rumano.
Pero lo cierto es que donde mejor se descubre el idioma es en los bares. Y, ¡Cluj está repleto de ellos! Bebiendo cervezas de medio litro a noventa céntimos (repito: MEDIO LITRO A 0,9€), el rumano sale muy fluido de todas nuestras bocas. Con una Ursus en la mano (cerveza cuya fábrica se encuentra en Cluj), mi lengua de inocente erasmus pronuncia a la perfección esa complejísima y enrevesada palabra que siempre se me atasca en el paladar: «Româna».
Bebemos como jóvenes y emprendedores viajeros. Náufragos en Europa. Somos estudiantes que nos hemos atrevido a coger un avión y abandonarlo todo. Estamos aquí para algo más que salir, conocer gente y estudiar; estamos aquí para ponernos a prueba a nosotros mismos, para descubrir hasta dónde podemos llegar, para auto conocernos.
Ser erasmus es más que todo lo que podáis imaginar. Armaos de valor, salid SIN MALETAS y empezad a disfrutrar de vuestras vidas.
Aaah! qué envidia me das! leer esto no hace más que aumentar las ganas de ir a verte! Seguramente que lo de las clases en Rumano no te supone ningún problema, porque eres una supermujer que puede con todo!¡ Ánimo!
¿Por qué pone desde ayer que tengo un comentario y no lo puedo leer?
Me muero de la curiosidad…
Esta web esta muy chula, ya veo que te lo estás pasando muy bien. Ánimo con los estudios y con el rumano.
Por cierto además de la cerveza, es muy típico en invierno el «vin fiert» o sea vino calentito con canela. Está buenísimo, pruébalo no lo encontrarás en Madrid :)))
La revedere!!!
Mucho cuidado con los vampiros, y si te ponen en aprietos avisame que saco los licántropos a pasear.
Un abrazo.
Qué bonito e idílico suena todo…., coronas, ataúdes, cerveza, cuervos…., precioso… ¿te traerás una estaca y un martillo, no? jajaja
Hola! no me conoces. Soy Neus, una chica de Barcelona. Te escribo porque buscando información sobre vivir en Transilvania (es una aventura que llevaré a cabo en Marzo) te encontré de casualidad, y mis ganas de irme han aumentado mucho más. Te quería hacer un par de preguntas. Cómo están los precios respecto el alojamiento? Hay dificultad de encontrar trabajo? No sé si podrás o querrás contestarme, pero no he podido evitar escribirte. Muchas gracias, espero que estés disfrutando mucho de esta experiencia.
hola soy de chile, cuando hablan ade Rumania , especialmente de transilvania, me quedo asombrado, ese pais me atrae, sus cultura, sus bosques, el castillo ,la leyenda de dracula etc saludos y gracias por compartir tu experiencia,