21 días, conexión Nerea – ERASMUS Oporto
21 días hace que cogí aquel bus del infierno para viajar toda la noche. 20 días desde que cogí el piso, 11 días desde que recibí mis maletas y pude cambiar de vestuario después de 11 días repitiendo ropa, 15 días de la fecha de inicio de las clases, 7 días de la fecha en la que en realidad empecé, 18 los días que he tardado en volver a España, 130 (aproximadamente) los días que me quedan…
Este es un resumen muy general de mi vida en los últimos 21 días.
Han pasado muchas cosas desde entonces, tanto aquí en el inicio como en España tras marcharme. Cosas por las que he deseado no estar de Erasmus para poder abrazar a mi gente, cosas que me han dejado sin dormir con un nudo en el estómago, disgustos, agobios, errores… Pero, por supuesto, muuuuuuuuuucha diversion, nuevos amigos, ambiente internacional y todo lo que ya podréis imaginar que supone estar de Erasmus y/o vivir en una ciudad diferente a la tuya.
Hace ocho meses de la primera vez que visité Oporto, en Navidad. Recuerdo que había solicitado el Erasmus unos días antes y me fui de allí deseando que me aceptasen, porque abandoné la ciudad totalmente enamorada de ella. En su día pensé que era mi ciudad, no muy grande, acogedora, bohemia y antigua. Una ciudad que guarda secretos en cada esquina, en cada adoquín. Finalmente, la suerte me sonrió y aquí estoy.
El otro día hablando con una amiga, me dijo que Oporto es una ciudad hecha para todo el mundo, para cada persona, y pensándolo caí en la cuenta de que es verdad: a cada uno le aporta algo distinto, cada uno la disfruta a su manera y ella ofrece su mejor cara a cada quien.
Mas allá de las reflexiones, el día a día en Oporto es maravilloso. Hay fiesta todos los días, excepto los domingos. La asociación ESN es muy potente con los Erasmus y cada día organiza algo diferente, incluidas las fiestas en bares diferentes, barbacoas, tours por la ciudad y juegos para conocerse. Los lunes se queda en la Ribeira, justo en frente del puente de Luis I, junto al río. Todo se llena de Erasmus y visitantes jóvenes y, como todavía hace muy bien tiempo, es el plan perfecto para un lunes por la noche. Los martes, miércoles, jueves, viernes y sábados es típico ir a Piolhos, una zona con bares erasmus que tienen precios especiales y todo el mundo bebe en la calle mientras habla y se conoce. ¡Cervezas a 50 céntimos, señores y señoras! Después toca irse a alguna fiesta, bien organizada para Erasmus, como las que se hacen en los bares Vila Porto o en El Boulevard, o bien más libre, en otros bares como O armazém do chá o todos los que podéis encontrar en las Galerias de París. Todo por la zona de la Torre de los Clérigos y la Praça dós Aliados. Cada persona elige también que días sale y que días no, por supuesto. En mi caso, puesto que todavía estoy haciéndome a la ciudad, acostumbro a tomarme algo los lunes pero sin alargarlo mucho, salir los miércoles porque es el día más especial, y el viernes y el domingo, pero estoy segura de que es porque es el primer mes, las clases aún son algo más ligeras y tengo ansias por conocer y conocer, pero seguro que poco a poco el ritmo va bajando y empiezo a buscar planes más alternativos. Y es que Oporto tiene muchas cosas diferentes para hacer. Todas las semanas hay conciertos diferentes en Casa da Música, se proyectan películas, hay tours, conciertos estilo festival en parques, clases de baile… Un sinfín de posibilidades que podré conocer en los próximos meses.
Las clases van sobre ruedas, aunque he de admitir que tuve serios problemas con el papeleo necesario para realizar la movilidad, así que aprovecho para aconsejar a todas aquellas personas que se vayan a ir de Erasmus: ¡Leed bien toda la información, enteraos bien de qué tenéis que hacer y preguntad sobre todo aquello de lo que dudéis! He podido comprobar que las universidades rara vez hacen las cosas por ti, y si no te enteras, no te enteras. Problema tuyo. Así que lo dicho, estad súper atentos a papeles, formularios, documentación que precisa de firmas, envíos, plazos y demás cosas que pueden hacer de vuestro comienzo del Erasmus una tortura si se lleva mal hecho. Consejo dado, vuelvo al tema de las clases. Yo estoy cursando Periodismo en la Universidade Fernando Pessoa y tengo cinco asignaturas, cuatro de ellas en portugués y una de ellas en inglés. Las hay más interesantes y menos, como en cada carrera, pero el idioma no está suponiendo ningún problema. Con 21 días de oído y práctica, ya soy capaz de mantener conversaciones en portugués (no voy a negar que estudié durante cinco meses en Bilbao). Ahora, telita con el acento, que va a ser lo más complicado de conseguir aprender.
Aún no tengo muchos planes futuros, sé que quiero visitar muchas ciudades cercanas, como Braga, Sintra, Aveiro, Coímbra, y tan solo tengo planeado un viaje a Lisboa para ver un concierto de Carminho, una cantante de fado maravillosa. Supongo que eso forma parte del Erasmus, nunca saber qué vas a hacer e ir improvisando sobre la marcha. Y me encanta. También está viniendo mucha gente a visitarme y sé que mucha más vendrá. Da gusto poder enseñar una ciudad que no es la tuya propia a la gente que te importa y ver que les encanta como a ti.
Sé que esto sólo acaba de empezar y no puedo estar más feliz por todo lo que aún queda, así que a medida que lo vaya viviendo os iré poniendo al día. No os perdáis cada lunes mi aportación sobre esta aventura que Sin Maletas me está permitiendo llevar a cabo con mucha más felicidad 🙂
Recordad que todos vosotros podéis viajar sin maletas cuando vayáis a vuestro Erasmus. Y también que tanto mis compañeros como yo estaremos los seis meses siguientes escribiendo en el blog de Erasmus Sinmaletas.
¡Abrazos portugueses para todos!